Estimulación sensorial y motora: jugar con agua ayuda a los niños a mejorar su coordinación, desarrollar su motricidad fina y explorar texturas y temperaturas.

Refuerzo emocional y social: compartir la piscina con hermanos o amigos fomenta la convivencia, el respeto por turnos y las primeras interacciones sociales.

Juego seguro en la piscina de niños: puedes adaptar la cantidad de agua y los juguetes según la edad y confianza del niño, siempre, pero siempre, bajo la supervisión de un adulto.

Juguetes acuáticos recomendados: desde cubos, regaderas y animalitos flotantes hasta pequeñas pelotas o aros inflables, hay una gran variedad que estimula la imaginación.

Inicio del vínculo con los deportes acuáticos: si tu peque se siente cómodo en el agua desde muy pequeño, será más fácil en el futuro que aprenda a nadar o practique algún deporte como natación o waterpolo.

Prevención del miedo al agua: al estar en contacto desde los primeros años con una piscina infantil, los niños asocian el agua con experiencias agradables y naturales, lo que les permite afrontarla con confianza cuando llega el momento de aprender a nadar. Estas piscinas, sin duda, pueden ser el inicio de una bonita relación con el agua.

La piscina de niños que tus peques amarán

Hoy en día existen muchas opciones de piscinas infantiles pensadas para cada etapa del crecimiento. Elegir la adecuada depende de su edad, el espacio disponible y el tipo de juego que quieras fomentar:

• Piscina de juego tipo tapete (desde los 6 meses): es ideal para bebés que ya se sientan o gatean. Esta piscina para niños tiene bordes bajos y permite colocar una pequeña cantidad de agua, perfecta para chapotear y jugar con juguetes. Nunca debe usarse sin la supervisión directa de un adulto.

• Piscinas hinchables temáticas (desde los 2 años): con formas de animales, castillos, barcos o incluso mini parques acuáticos, estas piscinas invitan a la imaginación y son perfectas para sesiones de juego más dinámicas.

• Piscinas con toldo incorporado (desde los 2-3 años): además de diversión, ofrecen sombra y ayudan a proteger a los niños del sol directo, algo muy importante para evitar quemaduras.

• Piscinas redondas pequeñas (de 3 a 6 años): son perfectas como piscina para niños más activos que ya caminan y se sostienen con firmeza. Su forma simple y tamaño contenido permiten moverse con seguridad.

• Modelos con aspersores o chorros: algunas incluyen pequeños sistemas de agua a presión que salen desde el borde, lo cual añade un componente de sorpresa y movimiento que fascina a los más inquietos.

Escoge siempre una opción que puedas supervisar fácilmente y que se adapte a la etapa de desarrollo de tu peque. Y por favor, nunca les dejes solos ni bajo el cuidado de otro peque.

Quién puede usar una piscina para niños y cómo hacerlo

Es cierto que cada piscina infantil está pensada para que los más pequeños se familiaricen con el agua de forma lúdica, pero es muy importante tener claro que no deben usarse nunca sin supervisión. Por muy baja que sea la cantidad de agua o por muy pequeño que parezca el riesgo, los niños requieren atención constante cuando juegan en la piscina.

Es fundamental que un adulto esté siempre presente, no sólo para garantizar su seguridad frente a caídas o resbalones, sino también para prevenir la exposición prolongada al sol o posibles accidentes. Además, un adulto puede ayudar a hacer del momento del agua una experiencia en la piscina de niños aún más enriquecedora: acompañando los juegos, nombrando objetos, cantando o simplemente interactuando con afecto.

Durante los meses de frío o en días de lluvia, una piscina infantil puede instalarse en interiores, sin necesidad de llenarla completamente. Un poco de agua tibia y algunos juguetes convierten el momento del baño en algo divertido, ayudando también a que los niños esperen con entusiasmo la hora de limpiarse.

Al usarla en cualquier época del año, lo más importante es que se convierta en un espacio de conexión, alegría y seguridad para los peques. Así, no solo se divierten, sino que también aprenden, se relajan en la piscina infantil y en el camino desarrollan una relación positiva con el agua.